miércoles, 13 de noviembre de 2013




“El traje regional de Tehuana”

Aportes del Porfiriato a mi región 


La vestimenta de gala de  la mujer istmeña oaxaqueña, mejor conocida como traje de tehuana, es considerada un símbolo de identidad en nuestra cultura zapoteca. El traje es portado por mujeres adultas y jóvenes con gran elegancia y orgullo, ha sido también producto de las transformaciones a lo largo del tiempo y de las distintas épocas. 

     Está compuesto por dos piezas, una blusa llamada huipil y una falda larga. Ambas piezas van bordadas y el tema general son las flores diversas en colores y tipos, la tela sobre la cual se borda puede ser satín y/o terciopelo. La falda amplia lleva en la parte inferior un encaje llamado holán de color blanco; antes de portarla es necesario usar un fondo blanco de encaje como ropa interior (véase la imagen anterior). Es muy importante que al usar este traje de gala los accesorios como aretes y collar sean grandes de preferencia el ahogador, como el que porta la modelo de la imagen, de oro, de filigrana o moneda. Entre más ostentosos sean mejor, pues denotan el poderío económico de quien lo usa. El cabello debe ser trenzado con listones y adornado con flores, se debe colocar un encaje blanco, en la cabeza, llamado resplandor. Cabe señalar que el precio del traje oscila desde los cinco mil a 30 mil pesos. 

     Dicha indumentaria surge en la era prehispánica, pero el mayor aporte se acentuó a finales del siglo XIX, durante el Porfiriato, cuando se crearon las vías del ferrocarril y hubo más afluencia de mercancía extranjera e intercambios comerciales. Así, la vestimenta se transformó hasta llegar al estado actual, conformando el traje de tehuana tal como lo conocemos ahora, con la introducción de elementos europeos y orientales esencialmente. De esta forma, encontramos que el origen del bordado en el traje de tehuana proviene del mantón de Manila (capital de la antigua colonia española de Filipinas), el cual a su vez, tiene su antecedente en China. La técnica de los bordados en seda fue retomada en Andalucía, donde estas alegorías se cambiaron por motivos florales, que son los que influyeron directamente la elaboración del traje de tehuana. Además de ello, se introdujeron los holanes provenientes de Holanda (de ahí el nombre), para darle mayor elegancia al traje. Empresarios y comerciantes reconocidos en Istmo de Tehuantepec como Juana Catarina Romero introdujeron telas, encajes europeos que conformaron el traje regional actual. 

      En este sentido, se dio un fenómeno de transculturación, el cual consiste en el intercambio entre culturas, que conlleva a la creación de nuevos hechos simbólicos. Por lo tanto, se puede decir que la presencia extranjera enriqueció la cultura zapoteca del istmo y reafirmó el orgullo de sus habitantes por pertenecer a ella. Cabe destacar que los zapotecas no adquirieron por imposición esos elementos, sino que los reelaboraron para integrarlos a su propia cultura.

      Es preciso decir que en la cultura zapoteca del Istmo, el atuendo de la mujer es un elemento fundamental de su identidad, que refleja su poder y estatus social, en la manera en que ella misma lo porta con alegría y dignidad; cuya importancia radica en que ha sobrevivido a pesar de los embates de la globalización, y con él, las tradiciones, el canto de la lengua indígena y la calidez de su memoria.   

 

1 comentario:

  1. Me parece muy bonita la reseña que haces de este traje regional. Es en verdad muy bonito, usan colores muy vivos y teniendo la flor como motivo principal le da una proyección de plenitud. También explicas cómo se ha dado la asimilación de otras culturas, integrando elementos que resaltan el traje y su elaboración. La diversidad favoreció a este traje.

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